lunes, 3 de junio de 2013


Bundesarchiv Bild 101I-299-1805-16, Nordfrankreich, Panzer VI (Tiger I) cropped.jpg


Panzer VI Tiger.






          Tiger I es el nombre por el que se suele conocer un tanque pesado alemán desarrollado en 1942 y usado en la Segunda Guerra Mundial cuya última designación oficial alemana fue Panzerkampfwagen Tiger Ausf. E (‘vehículo de combate blindado Tigre variante E’), a menudo abreviado como Tiger. El apodo del tanque fue puesto por Ferdinand Porsche, y el número romano se le añadió después de que el Tiger II entrara en producción. La primera designación oficial alemana fue Panzerkampfwagen VI Ausf. H, pero el nombre en marzo de 1943 fue cambiado a Panzerkampfwagen VI Tiger Ausf. E. La designación del inventario de vehículos militares alemanes para este tanque era Sd.Kfz. 181.

          La producción del Tiger I comenzó en agosto de 1942, y se construyeron 1.355 hasta agosto de 1944, cuando la producción fue cortada. Se inició la construcción de los tanques a un ritmo de 45 al mes, alcanzando el máximo en abril de 1944 con 104 al mes. El máximo número de tanques fue de 671 el 1 de julio de 1944. En términos generales, costaba el doble de tiempo construir un Tiger I que otro carro de combate alemán. Cuando empezó a producirse el Tiger II en enero de 1944, se detuvo la del Tiger I.






          La principal diferencia del Tiger con los anteriores tanques alemanes radicaba en su diseño. Los que precedieron al Tiger estaban equilibrados en movilidad, blindaje y potencia de fuego. En ocasiones tenían una capacidad de fuego menor que la de sus oponentes, pero por diversas causas habían conseguido salir bien parados.




          El Tiger I acentuaba la potencia de fuego y la protección a expensas de la movilidad. Los estudios para un nuevo carro de combate pesado comenzaron a finales de los años 1930, sin un plan de producción. El empuje definitivo para el Tiger I fue proporcionado por la calidad del T-34 soviético, aunque la necesidad de un carro más potente que los Panzer III y Panzer IV se hizo notoria tras enfrentamientos contra los Matildas y Churchills.

          Aunque el diseño y la disposición general eran similares al del anterior tanque medio, el Panzer IV, el Tiger pesaba el doble. Esto se debía al blindaje sustancialmente más grueso, el cañón de mayor tamaño y, consecuentemente, un depósito mayor para combustible y munición, un motor más grande y una transmisión y suspensión más sólidas. El parecido físico hizo que en muchas ocasiones se confundieran los Panzer IV con los Tigers.



          El Tiger I tenía un blindaje frontal de 102 mm de grosor, en comparación con los 80 mm de los últimos modelos del Panzer IV, y 80 mm en los laterales y la parte posterior. Esto era muy efectivo para detener balas antitanque de la mayoría de los cañones de la Segunda Guerra Mundial a distancias comunes de combate, especialmente desde enfrente. A distancias más cercanas y por los flancos, el tanque era más vulnerable. El blindaje superior era de 25 o 40 mm de grosor, similar al de los modernos tanques. El blindaje lateral fue una ventaja enorme frente al Panzer V Panther, que sufría demasiado con su escaso blindaje lateral (sólo 45 mm frente a los 80 mm del Tiger I).








El cañón KwK 36 L/56 de 88 mm fue la variante escogida para el Tiger y fue, junto con el Kwk 43 L/71 de 88 mm del Tiger II, uno de los cañones más efectivos y temidos en la Segunda Guerra Mundial.

El cañón del Tiger tenía una trayectoria muy plana y visores Zeiss TZF 9b muy precisos. En ensayos británicos durante la contienda, acertó cinco impactos sucesivos en un blanco de 40 × 45 cm a unos 1.200 m. Hay informes de tanques Tiger que alcanzaron a su enemigo a distancias mayores de una milla (1.600 m aproximadamente), si bien la mayoría de los combates tenían lugar a distancias menores. En una ocasión se informó de un T34 destruido por un Tiger a una distancia récord de 3900 m, aunque claramente éste fue un tiro de suerte. La mayoría de los disparos se efectuaban entre 800-1200 m, pues la munición era cara y no se podían permitir desperdiciarla, así como sus enemigos podían abrir fuego antes sin dichos problemas.[cita requerida]

El tamaño del Tiger forzó la introducción de nuevas y complejas tecnologías, planteando a los ingenieros una serie de desafíos técnicos que no fueron completamente superados. La torreta de 11 tm tenía un motor hidráulico accionado por el impulso del motor principal; incluso así, tardaba un minuto en poder hacer una rotación completa. El tanque tenía las ruedas de intervalo triples, por lo que conseguía mejor velocidad a través del campo, pero también hacía su mantenimiento más difícil. Una parte de la precisión de la artillería, además de las virtudes de las ópticas, la pieza y el entrenamiento, era el sistema de triple ajuste de velocidad de giro de la torreta. El artillero disponía de un sistema de "marchas" para regular la velocidad de giro de la torreta. Si la "marcha" más fina era la que se empleaba en la fase final del apuntado contra objetivos lejanos, la torreta tardaba casi un minuto en ejecutar una rotación de 360 grados, lo que facilitaba mucho la tarea de lograr impacto con el primer proyectil.




































          El Tiger entró en acción por primera vez en septiembre de 1942 cerca de Leningrado. Bajo la presión de Hitler se puso al tanque en acción meses antes de lo planeado y los primeros modelos demostraron que eran mecánicamente frágiles. En su primera acción el 23 de septiembre de 1942, muchos de los primeros Tiger fueron destruidos. Otros fueron alcanzados por la artillería antitanque soviética. Uno de los tanques fue capturado prácticamente intacto, lo que permitió a los soviéticos realizar estudios y preparar una respuesta.


          En los primeros combates en África del Norte, el Tiger podía dominar a los tanques aliados en terreno amplio. Sin embargo, los fallos mecánicos significaban que raramente podían entrar en acción. En una repetición de la experiencia de Leningrado, al menos un Tiger fue alcanzado por los cañones antitanque británicos de seis libras. Estas experiencias demostraron que las armas fabulosas no eran el sustituto de las tácticas correctas.

La batalla de Kursk.

          Tiger I en la Batalla de Kursk.
En la ofensiva de Kursk, el Tiger tuvo un gran éxito en combate. Entre el 1 de julio de 1943 y el 1 de septiembre del mismo año, el s.Pz.Abt 503 reclamó la destrucción de 501 carros de combate enemigos (en su mayoría T-34, pero también KV-1 y un pequeña porción de tanques anglo-americanos, de hecho unos 50 Churchill fueron desplegados en el sector central de la saliente y lo pasaron bastante mal en sus encuentro con la nueva generación de Panzer), 388 cañones antitanque (de 76,2 mm y algunos antiaéreos de 85 mm), 79 piezas de artillería pesada y 7 aviones.


          La batalla de Kursk, también denominada Operación Ciudadela, da nombre a una serie de choques armados que tuvieron lugar entre julio y agosto de 1943 en la región de ese mismo nombre en Rusia en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. En ella, las tropas del ejército alemán harían el último esfuerzo ofensivo en el frente del este, agrupando el grueso de sus fuerzas acorazadas y sus más modernas armas, pasando por las unidades más potentes y sus generales más prestigiosos, enfrentándose con tropas del Ejército Rojo de la URSS. La operación recibió el nombre en clave de Operación Zitadelle (Ciudadela).

          La fase de ofensiva soviética entre el 12 julio al 23 agosto de 1943 fue la primera vez que el Ejército Rojo derrotó a los alemanes en pleno verano. La Batalla de Kursk tiene tanta importancia porque significó el primer combate en que la ofensiva Blitzkrieg alemana fue derrotada antes de que pudiera romper las defensas enemigas y además fue un triunfo soviético en estrategia avanzada. El modelo de operación estratégica utilizado por los soviéticos en esta batalla ha obtenido un puesto en los planes de estudio de las escuelas militares.


         Tras la victoria soviética en Stalingrado, el Ejército Rojo desencadenó una serie de ofensivas obligando a los alemanes a evacuar el grupo de Ejércitos A ubicado en el Cáucaso por temor a que fueran aislados (cosa que hubiera sido un desastre aún mayor que el de Stalingrado), quedando aislada la cabeza de puente de Kuban. Los soviéticos sobreexplotaron su victoria, llegando hasta más allá de Járkov, cerca del Cuartel General de Erich von Manstein en Zaporozhye, donde fueron rechazados por una bien dirigida contraofensiva de este mismo general. De esta manera los alemanes capturaron de nuevo la ciudad de Járkov, formándose un saliente soviético centrado en Kursk (véase Tercera Batalla de Járkov).


          Hitler decidió destruir el saliente, seguro de contar con las fuerzas necesarias para que Alemania retomara la iniciativa. Los soviéticos descubrieron el plan alemán y mediante medidas defensivas en el saliente planearon desgastar el ataque alemán para después contraatacar a las fuerzas desgastadas. El desembarco aliado en Sicilia acabaría con las esperanzas alemanas y la operación Ciudadela sería suspendida.











Aunque algunos no llegaron a combatir.
































































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