U-Boot.

U-Boot,
abreviatura del alemán Unterseeboot, «nave submarina», en plural U-Boote, es la
denominación dada a los sumergibles y submarinos alemanes desde la Primera
Guerra Mundial. El principal escenario donde actuaron fue el océano Atlántico y
el Mar del Norte y rara vez el Océano Índico u Océano Pacífico.
La historia de
la U-Bootswaffe («Arma submarina») está íntimamente ligada a Karl Dönitz,
prácticamente el creador de la fuerza de submarinos de la Alemania de la
posguerra en 1919. Después de la Primera Guerra Mundial, Karl Dönitz ocupó una
de las 1.500 plazas de oficial que el Tratado de Versalles permitía a la
República de Weimar; su ingreso en la marina de guerra se debió a los
excelentes antecedentes que había mostrado durante la Gran Guerra. Se había
iniciado como observador de vuelo en la rama aérea naval y pronto se convirtió
en comandante de una escuadrilla de hidroaviones. En 1916 ya tenía un submarino
a su mando. En 1918 fue capturado cuando emergió, por múltiples fallos del
submarino, en medio de una escuadrilla de destructores enemigos e internado en
un campo de prisioneros hasta el fin de la guerra.En 1919 se
dedicó a la tarea de reconstruir la flota de submarinos junto con Otto
Schultze. Dönitz, al mando de una torpedera, ayudó a reclutar a los futuros
tripulantes de los submarinos y a planificar en los Países Bajos su
construcción en secreto para soslayar lo estipulado en el Tratado de Versalles.
En 1923 fue adscrito al Estado Mayor en Kiel como consultor de métodos de caza
submarina, donde formó equipo con Erich Raeder y Wilhelm Canaris.





Al estallar la Segunda Guerra Mundial
en septiembre de 1939, la Kriegsmarine no estaba preparada para combatir a las
fuerzas navales aliadas. A diferencia de los otros armamentos del ejército
alemán, el plan naval de construcciones llamado PLAN-Z sólo había empezado unos
pocos meses antes. Por lo tanto, el número y la fuerza de los barcos
disponibles no eran los adecuados para las necesidades de una guerra mayor.
El
momento decisivo del cambio en las operaciones navales lo dio el U 47 con el
hundimiento del HMS Royal Oak en Scapa Flow al mando de Günther Prien, el 13 de
octubre de 1939. Adolf Hitler dio su entero respaldo al arma submarina y a Karl
Dönitz. De ahí en adelante y por un periodo de dos años, el arma submarina
cosecharía solo éxitos y causaría dolores de cabeza a la Royal Navy.
Los diez capitanes alemanes más destacados en la guerra
submarina:
Otto Kretschmer
hundió 44 buques con 266.629 t
Wolfgang Lüth
hundió 43 buques con 225.712 t
Eric Topp
hundió 34 buques con 193.684 t
Karl Friedrich
Merten hundió 29 buques con 186.064 t
Victor Schütze
hundió 34 buques con 171.164 t
Herbert
Schultze hundió 26 buques con 171.122 t
Georg Lassen
hundió 28 buques con 167.601 t
Heinrich
Lehmann-Willenbrock hundió 22 buques con 166.596 t
Heinrich Liebe
hundió 30 buques con 162.333 t
Günther Prien hundió 28 buques con 160.939 t
Estos
sumergibles operaron en todos los océanos del planeta, llegando incluso a las
costas de América y hasta el Ártico. Hasta mediados de 1943 fueron superiores a
las naves de los aliados. Pero con la introducción del radar y la táctica de la
cobertura aérea continua a los convoyes aliados, los submarinos alemanes
pasaron de ser cazadores a víctimas de la caza. Esta situación se mantuvo hasta
el final de la guerra, aun cuando los alemanes introdujeron en el teatro de
operaciones nuevos submarinos, como los del Tipo XXI, que llegaron tarde como para
revertir los resultados.
El balance final de los resultados de la experiencia
submarina fue desastroso para la Kriegsmarine: cerca del 80% de sus submarinos
fueron destruidos, 28.000 de sus 40.000 tripulantes murieron y 8.000 fueron
capturados. Esto demuestra lo dura que fue la guerra submarina durante la
Segunda Guerra Mundial.
